Hace tiempo que no sueño
con el patio del colegio,
aquel en el que las gestas
se hacían sobre cemento.
Mis excusas ocupan
la conciencia nocturna
en la que mezo lo que fue
y ahora escurre diluido.
Hace tiempo que no sueño contigo
escondido de lo que me recuerdas,
sorpresa de dioses desasosegados,
confusos y esquivos.
Mi ánimo se torció una mañana
de viento inesperado y
no acierto a barrer la hojarasca
que me sepultó, amigo.
Si nos soñamos seremos los dioses
de nuestro sueño.
Abrirás la puerta de mi escondite y
me liberarás. Eso sueño.