sin fútbol sin bares sin amigos, en esta casa de Prosperidad con treinta y seis metros cuadrados de tristeza, tres hijos, una mujer venezolana, soñando con el mar
muriendo de televisión
gritando
a los niños
sin fútbol sin bares sin amigos, en esta casa de Prosperidad con treinta y seis metros cuadrados de tristeza, tres hijos, una mujer venezolana, soñando con el mar
muriendo de televisión
gritando
a los niños