QUIÉN
Quién selló tus labios esmeralda
durante los años más iracundos.
Quién te relegó a la vida secundaria,
a los pequeños hechos de lo irrelevante.
Quién te arrancó el poder de decisión
domesticando tu vientre.
Quién te nombró Eva siendo Lilith,
golpeando tu piel contra la ignorancia.
Quién te esculpió con el molde del deseo carnal,
a imagen de lo incompleto y necesitado.
Quién ató tu voz a las tinieblas del olvido,
a las orillas de la nada.
Quién, mujer, te dijo que habías nacido del hombre,
que tu patria tenía ese oscuro color de la sumisión,
que tu sudor no era digno de alzar diosas
y que tus manos no siguen siendo dos heridas abiertas.
Quién, mujer, te dijo que no eras tú quien tenía
la última palabra.