HETERODOXIA
Siempre a punto.
A punto de aceptar
la tarde como oasis.
Sin excusas.
Los hombres de otros tiempos
veían lo infinito,
más allá de nosotros. Y caía la sangre,
descendía desde una tierra árida
que no anunciaba sus secretos
para escanciarse en fuentes rotas.
Y ardían las miradas,
las fábulas del viento,
la erosión de la roca en la intemperie
aceptado el dolor sin respuestas. A punto,
siempre a punto.
Sabemos poco aún.