Niño blandito, adolescente rebelde, joven competitivo y adulto predador. Así define Jaime Javaloy la mañana de su vida.
Este oftalmólogo de 55 años se declara adicto a la vida. Volcado en actividades tan diversas como el deporte de competición, la cirugía ocular, la cooperación internacional o el amor por la naturaleza, experiencias vitales intensas indujeron hace una década un cambio drástico en su forma de entender lo que acontecía a su alrededor y dentro de sí mismo. Con la aceptación de las propias limitaciones como catalizador de su reacción para el cambio, el autor inició entonces un viaje hacia el interior de su alma en busca del equilibrio y la paz.
Lleno de preguntas y ávido de respuestas, consciente de haber llevado una existencia tan intensa como polarizada, se convirtió en un lector infatigable y autodidacta acerca de temas relacionados con la espiritualidad, el desarrollo personal, la psicología o la historia del pensamiento.
Hoy -ya iniciada la tarde de su periplo vital- confiesa que es consciente de que, aunque el equilibrio perfecto es inalcanzable, el trabajo diario y disciplinado de introspección es la herramienta más útil para acercarse a él.
En Así lo veo yo el escritor ofrece su alma a golpe de reflexiones, simples anotaciones realizadas en un teléfono móvil durante los minutos de creatividad que siguen a los momentos de la meditación que realiza cada mañana.